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Lapislázuli

El lapislázuli es una gema muy apreciada en joyería desde la antigüedad. Su nombre proviene del latín lapis: ‘piedra’, y lázuli es la forma genitiva del latín medieval lázulum, que es evolución del árabe clásico lāzaward (‘lapislázuli’), éste del persa لاژورد lažvard y éste del sánscrito rāja-āvárta (‘real joya’, lapislázuli, siendo rāya: ‘rey’ y āvártam: ‘pirita [mineral ferroso], marcasita, marquesita, piedra semipreciosa’, y también ‘remolino, rulo, rizo’.

 

 

 

Las máscaras de los faraones estaban hechas de oro y lapislázuli. Según el mito, la carne de los dioses era de oro, su cabello de lapislázuli y sus huesos de plata, material muy escaso en Egipto.

 El Diccionario de la lengua de la Real Academia Española declara erróneamente que rājāvarta significa ‘rizo de rey’). Se cree que el rājāvarta es el origen de la palabra azul. Otro nombre del lapislázuli es āvárta-mani: ‘joya de pirita’.

 

 

 

 

Mineral: Se define geológicamente como roca, material compuesto de varios minerales. Los principales componentes son lazulita, silicato cálcico complejo que le proporciona el color azul característico, wollastonita y calcita, que producen el veteado gris y blanquecino, y pirita, que produce los reflejos dorados.

 

 Características físicas: Tiene peso específico de 2,4 y dureza de 5,5 en la escala de Mohs. Reflejo vítreo y fractura concoidea. Es atacable por el ácido clorhídrico, hecho que facilita su diferenciación de otras rocas como la azurita. Su color azul se considera símbolo de pureza, salud, suerte y nobleza, lo que motivó que fuera utilizado por egipcios, babilonios y asirios para aderezos y máscaras funerarias.
 

El polvo del mineral, la azurita o lazulita, proporcionaba un pigmento azul, muy reputado entre los grandes pintores del Renacimiento por su durabilidad. Leonardo da Vinci, Alberto Durero y Fray Angélico se refirieron al polvo de lapislázuli como «oro azul» y, en la época, su precio igualaba al del oro.

 

 

 

Usos: Prácticamente todo el lapislázuli utilizado en la antigüedad en Eurasia se obtenía de canteras situadas en las montañas de Afganistán, las cuales todavía son explotadas con procedimientos muy similares a los utilizados hace miles de años. En América, los incas y otras culturas precolombinas explotaron hace 2000 años yacimientos en Chile, en la zona de Ovalle, utilizándolo en máscaras y ornamentación. En la actualidad se sigue empleando en joyería, habiéndose popularizado por la introducción en el mercado del lapislázuli estadounidense.

 

 
Mina de lapislázuli  

  Leyenda: El lapislázuli, es una gema de recepción, de sensaciones que rescatan la luz espiritual, escondida en la tierra, incidiendo más en el mundo interior que en el exterior. Se centra más en el ser que el hacer. En sí misma refleja el cielo y la tierra.
Nos recuerda que nada acaba, ni nada termina en todo el universo, porque todo se mantiene en perpetuo cambio y movimiento.
Simboliza la iluminación espiritual entre los hombres que buscan ese algo más que se oculta detrás de nuestras limitaciones naturales. Es una gema que ayuda a acumular sin codicia para ayudar después a los que lo necesiten.
En Babilonia y en el Antiguo Egipto se creía que el Lapislázuli curaba la melancolía y la fiebre. En Roma, en cambio, era considerado como un poderoso afrodisíaco. A través de los siglos, sus propiedades más representativas han estado unidas al color azul, símbolo de pureza, salud, suerte y nobleza, por lo que los egipcios, babilonios y asírios lo utilizaron en aderezos y máscaras funerarias. El lapislázuli está considerado como gema de la iluminación espiritual, incidente más en el mundo interior que en el exterior, propicio al desarrollo del “ser” más que en el “hacer” o en el “tener” y la suerte que puede proporcionar revierte no sólo en beneficio propio si no en desprendimiento hacia los demás.

Horóscopo: El lapislázuli se alterna con la turquesa y el rubí como la piedra de los nacidos en diciembre